Amarrando la pelota

La positiva reacción del gobierno frente a la crisis sanitaria más grave de nuestra historia reciente está fuera de discusión. Se requería liderazgo, decisión y el presidente las tuvo. Fuimos los primeros en Latinoamérica en aplicar medidas estrictas y la prensa mundial lo reconoció. Se nos dijo: quédate en casa. Se sacó al ejército y se ensayó alguna cachetada a civiles desobedientes para asustarnos. Y la estrategia, de alguna manera, funcionó. Hoy estamos colapsados, las grietas de un país sin Estado han quedado expuestas afectando más gravemente a los más vulnerables. Y lo peor está aún por llegar. Pero sin esas medidas iniciales, todo habría sido muchísimo peor. Sería mezquino criticarlo en ese sentido.

Vizcarra ha sido un gran DT y un muy buen comunicador.

Sin embargo, pareciese que el aplauso de cierta tribuna, le ha hecho creer que además de entrenador, debe ser mediocampista y goleador.  En su conferencia del miércoles, el presidente destacó que a él, como padre y abuelo, le gustaría ir casa por casa a hablarles a los niños y decirles que tengan optimismo. También destacó que sus ministros de Defensa y Agricultura fueron al mercado de Caquetá a supervisar la toma de pruebas como parte del programa “Te Cuido Perú”, nombre que resume el gran y peligroso problema que comienza a revelar esta administración. Luego de 45 días, con la curva creciendo exponencialmente y peruanos en un éxodo masivo a sus pueblos asegurando que prefieren morir por el coronavius qué de hambre, está claro que el “cuidado” del gobierno no sólo es insuficiente, sino imposible, en varios sentidos.

¿Cuántos de ustedes, lectores, se sacan los zapatos cuando llegan de la calle? ¿Dónde los ponen? ¿Se sacan la ropa al llegar de la calle? Hace unos días salí a comprar con mascarilla y se me empañaron los lentes de sol. Me los saqué y sequé con mi polo. Fue un reflejo. Luego estuve horas asustado. No hay protocolos claros. A la 1 con Vizcarra no es suficiente. El Perú es un país pluricultural e informal. Cada región, cada provincia y cada distrito tiene costumbres sociales particulares y se requieren soluciones focalizadas. La unidad política, jurídica y social más cercana al ciudadano son los municipios distritales. Ese personal debería ir casa por casa, informando y ensayando protocolos sanitarios al detalle. En cada uno de los 1,874 distritos del país. Ellos son los que ya deberían haber comenzado a remodelar los mercados del Perú. No todos los peruanos pueden teletrabajar, la mayoría necesita salir a ganarse la vida y si bien el gobierno central debe dar las pautas generales, son los gobiernos locales y los vecinos los que deben participar en la construcción de esas nuevas reglas. Y no está ocurriendo. El gobierno está amarrando la pelota y esto a pocos días de comenzar a salir a las calles puede ser mucho más peligroso que un autogol.