El dilema de las redes 1

Siempre lo tengo cerca. Lo limpio todo el tiempo. Algunas noches duermo a su lado, mirando su pantalla en modo nocturno.

La llaman nomofobia, que significa miedo a perder el celular y era, antes del coronavirus, uno de los trastornos psicológicos de mayor crecimiento en el mundo. En el 2012, el Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad de España, reportó un 53 % de personas con síntomas como nerviosismo o sensación de vacío si se alejaban del teléfono o se quedaban sin señal.

A inicios del 2020, la consultora Opina Latinoamérica reportó que en el Perú el 31 % de personas eran nomofóbicas y consultaban su teléfono entre 100 y 150 veces por día.

Hoy, sin duda esas cifras deben haberse disparado.

En el Perú hay más cuentas telefónicas (39 millones) que personas (32 millones) y la gran mayoría (más del 85 %) usa el celular para ingresar a sus redes sociales, principalmente Facebook, WhatsApp e Instagram. Todas ligadas a un mismo grupo empresarial, involucrado en un escándalo electoral en las pasadas elecciones en Estados Unidos por la forma en la que se usó información falsa para manipular a la ciudadanía.

Sobre esto y más trata “El dilema de las redes sociales”, documental estrenado hace unas semanas en Netflix donde ex directivos de estas redes sociales confiesan sin rubor que la nomofobia que padecemos no responde tanto a nuestros fantasmas, como a una estrategia fríamente estudiada por expertos para generarnos adicción y profundas inseguridades las que se calman momentáneamente con likes o J. La adicción a las redes podemos verla en las calles y en nuestras casas. Lo que el documental nos revela es que, como en la política, nada es casualidad. La inteligencia artificial que podría ocuparse de grandes inventos, tiene como objetivo que pases cada vez más tiempo pegado al teléfono. ¿Para qué? Para conocerte al detalle cada instante de nuestra vida, cada click, cada búsqueda, cada like, cuántos segundos miramos una foto y qué comentamos. Todo eso le permite a los dueños de Facebook, conocernos más que nadie en el mundo. Esa información suele usarse con fines comerciales, como esos lentes, de repente aparecieron, mientras buscabas información laboral. Por eso estas empresas son las más valiosas del planeta.

Pero esa información también puede ser usada políticamente, apelando a lo que más nos impacta: el miedo. Eso ocurrió en la anterior campaña en USA y podría ocurrir aquí también, más en tiempos de pandemia.

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