Las noticias alrededor del mundo giran en torno a que Donald Trump tiene COVID 19. Esto ha generado reacciones de todo tipo, las más comunes en mi círculo, de burla y celebración porque son personas que saben de lo machista, racista, mentiroso, sin vergüenza y megalómano, soberbio y pedante incluso frente a esta pandemia que al momento le ha costado la vida a más de 1 millón de personas en el mundo, 200 mil en Estados Unidos y más de 30 mil en Perú.
Precisamente en este contexto, cuando la ciudadanía del mundo requería más empatía de sus gobernantes, Trump, sin vergüenza ni investigación comentó que esto no era tan grave y que se podía combatir con baños de luz ultra violeta a gran escala. Los rayos UV son probadamente cancerígenos, pero a él no le importó comentarlo.
Luego, en su afán de llamar la atención, dijo que la luz del sol es muy poderosa y sanadora, que podría matar al virus en un minuto, por lo que sugería que se pruebe inyectarla.
También dijo, en una analogía de colección, que, como los desinfectantes acaban al toque con los virus, en particular la lejía, sería muy interesante probar inyectársela, para vencer el coronavirus.
No solo, eso, desde el inicio, se resistió a usar mascarillas, acostumbrado al poder y el dinero, se sentía invulnerable, al extremo que en el primer y lamentable debate
para las elecciones de 2021, Trump se burló de Biden por usarla todo el tiempo, incluso estando sólo.
Bueno, pues Trump y su esposa se contagiaron.
¿Esto lo deja mal parado? En principio, la lógica indicaría que sí. Que ahora debería comerse todas sus palabras. Sobretodo porque él, al ser hombre, tener 74 años y estar subido de peso es población en riesgo y, pese a ello, asistió a múltiples reuniones masivas sin mascarilla. Esto no sólo lo ponía en riesgo, que al final no nos importa tanto, sino que era un mensaje irresponsable, aplaudido por quienes minimizan la pandemia.
Pero, ¿esto afectará su campaña? ¿Le va a costar puntos? Biden le lleva como 6 puntos y el debate quien peor quedó fue Trump. Afectará? Sin duda. ¿Cómo?
No sabemos.
La narrativa del hombre, vulnerable y golpeado por el virus, que se sobrepone a él puede ser muy fuerte. La institución presidencial en USA es fuerte, las críticas contra el presidente, internado en el hospital militar bajarán. Eso lo podría beneficiar.
El equipo de campaña de Trump parece dispuesto a todo y en estos tiempos de adicción a las redes sociales, fake news y narrativas polarizadas, la salud de Trump cambiaría las reglas de juego a menos de un mes de las elecciones.
Esa sería la razón de la incertidumbre que vienen generando. Su jefe de gabinete dice que la salud de Trump es incierta, que sus signos vitales son preocupantes. Su médico dice que tienen una cautela optimista.
Mientras tanto, el sábado Trump, sin corbata y con un tono bastante más calmado, agradeció a los doctores, agradeció a Dios, dijo que llegó sintiéndose un poco mal, pero que ya se siente mejor y espera volver pronto a la campaña.
¿Le creemos? Bolsonaro, el Trum brasilero ganó la presidencia de Brasil desde una clínica luego de ser atacado y ganó la presidencia. ¿Cuánto de esto es show? Lo que sí nos queda claro es que la política es cada vez más un espectáculo y que hay que estar preparado para el show que pronto comenzará en nuestro país.